miércoles, junio 28, 2006

LA RABIA


Escribo de memoria así que no citaré nombres, salvo el del escritor y profesor Stuart Walton, quien ha publicado recientemente (creo, yo lo cogí de la sección de novedades de la biblioteca) "Humanidad, una historia de las emociones". Se trata de un libro de esos que quisieras aprender de memoria, quedarte con un renglón al menos de cada página y donde se combina con maestría la antropología, sociología, psicología y la historia para repasar diferentes emociones humanas desde una perspectiva global. No sólo aparecen hechos o personajes históricos que demuestran hasta donde es capaz de llegar el hombre en situaciones límite, sino también nos da una pincelada de lo que hace el arte con esas emociones. Dice Tocquinho que el artista es "una antena rastreadora de la voluntad popular" y, en este sentido, Walton nos recuerda la ira de un Goya muy, pero que muy cabreado, en "Los Caprichos", o la corriente dadá como una, también, expresión de ira hacia el sistema establecido.
La rabia es una buena fuente de inspiración. O quizá, la base, el recipiente, la creciente de una buena pieza literaria, o una canción desgarradora, o una película que nos ofrece esa cara "molesta" que no siempre queremos ver.
Me hago varias preguntas al respecto. De todas las imágenes que ofrecemos a nuestros semejantes ¿qué cara es la más verdadera? ¿Somos tan "agradables" como nos mostramos al gran público o símplemente unos grandiosos hipócritas?. Que poco nos gusta el lado oscuro. Los Dar Vader venden algún refresco de Cola, alguna espada láser de baratillo pero, en realidad, la sociedad nos pide que lo silenciemos siempre. Por tanto, ¿de quién fiarnos más? ¿De quien se muestra tal cual es, con sus desgarros emocionales, o con su genio cabrón? ¿o de los que siempre andan con la sonrisa Profiden?
Creo que hay personajes adorados por la gente y que son esencialmente caústicos. Es el caso del Doctor House. ¿Por qué gusta tanto? ¿Porque quizá todos somos como él pero ninguno nos atrevemos a demostrarlo, asegurarlo, afirmarlo?¿Porque nos gustaría andar todo el día con esa pachorra insidiosa y hurgándole la llaga al personal pero no osamos, no sea que nos ninguneen?¿Por qué Don Quijote?¿Por qué El Lazarillo?. La Rabia y el perdedor van de la mano y, en esta vida, el que más y el que menos, se ha sentido jodido, perdido, rabioso y sólo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un orgullo que te guste *gonzolog

Prometo dedicar un rato a conocer el tuyo, no tiene mala pinta :)

Sólo una cosa... de Gonzalo nada. Carlos para los amigos y Dr.Gonzo para los lectores :P


Un saludo.