miércoles, octubre 18, 2006

Teatro


Ahí andábamos los dos. Entre bambalinas. Yo acariciba tu espalda o trepaban mis dedos en tu cuello mientras mirabas al mundo espectante. De repente, tras años de genialidad, el terror escénico. Temblabas. Tu sudor eran las gotas de un glaciar oscuro a punto de desmoronarse ¿Porqué hoy? ¿porqué ahora? De repente, tu propia pregunta cuando hacías proposiciones indecentes a las damas ¿Pourquoi pas?. No puedo ayudarte. Ya no me sale. Si en el escenario te comen crudo, my darling, que te den. Mis años de fidelidad, de apoyo incondicional a tu genio se fueron al garete. Te abrazo muy fuerte. Ojalá pudiera transmitirte la fuerza, el valor, la dignidad pero el muro del desamparo, de mi soledad ante tus triunfos, de la implacable ira de tus enfados, te deja sólo como un nene en pelotas. Sólo, ante ellos que, como te temes, no aplaudirán enfervorecidos, no perdonarán un "La" fuera de su sitio o tus impertinentes salidas de tono.
Intento el torniquete de un beso...Pero ya no puedo. No puedo quererte. No quiero quererte. Si te caes en el patio de butacas desmayado como una doncella anémica no seré yo quien te salve. No me mires dolorido, no busques compasión en este corazón vacío ¿Acaso le diste alguna oportunidad cuando todavía era hermoso, lleno de amor hacia tí? Si desde un palco te gritan algo así como anormal, paranóico o loco, no seré yo quien te defienda. Mis oídos están tan acostumbrados a esas palabras que ya ni me parecen insultos. Pero, bien pensado, ya nada me duele. Tú no me dueles, sólo me exasperas, tesoro, sólo me aburres como la zanahoria al burro.
Y entre bostezos desperté en una gran cama king size. Sola, con el mar en la ventana y feliz como hacía años que no me sentía.

2 comentarios:

Sintagma in Blue dijo...

¿Existe algo peor que el aburrimiento?

Alma dijo...

Y la pared se hizo inmensa,
nada la puede escalar,
y así, alguien ha chocado con ella,
tampoco hay un torniquete que lo
pueda ayudar.

DTB

PD: Feliz de tu felicidad!