domingo, noviembre 05, 2006

PERDIDOS

Me perdí entre los huertos para escuchar el grito agradecido de los palmerales y limoneros ante la lluvia que, por fin, decidía descargar sus gotas sobre el desierto de Sureste murciano. Decidí abandonar el atasco previo de acceso a la autovía y discurrí por la breve huerta que aún permanece entre espantosas moles de concreto, entre los modernísimos edificios de oficinas. Oí como suspiraban aliviadas las palmas que crecen junto a las acequias y me reconforté con ellas en el plácido torrente del agua, contaminada tras pasar a la capa de la atmósfera. Imbebile en estos tiempos donde reina el CO2 .No existen sendas en la huerta en las que perderse. Se acabó. Nos quedamos sin el paisaje de la infancia. Lo sustituye un frío armazón de pésimo gusto y discutible utilidad. Aún así, aspiro el olor a tierra mojada, porque algo de ella queda entre tanto asfalto, y me siento miserable por todo lo arrebatado. Los caminos de barro y agrillos, las vecinas con sus cánticos junto a la pila de la ropa y el olor a jabón casero. Los niños felices sumergidos en la corriente del riachuelo, lleno de sanguijuelas; los higos recién cogidos y los desayunos debajo de la higuera. Y la cara coloradota de mi abuela Micaela y de mi abuelo, Pepe el Gordo, con su Parkinson y su gayá.
Se acabó. Ya no hay huerta y sus antiguos pobladores vagan como fantasmas por los nuevos centros comerciales preguntándose qué extraño puente habrán cruzado para llegar al infierno. Y nosotros, acudiremos contentos a ver el último estreno y a gastar nuestro dinero en lo que, quizá, antiguamente, eran un bancal de habas.

7 comentarios:

El detective amaestrado dijo...

Cada día odio mas los centros comerciales, auténticos nichos

almayer dijo...

el problema lola es si esto tendrá algún tipo de vuelta.

que es una gayá.

precioso texto.

escucho a coleman, un beso

LOLA GRACIA dijo...

Pues ahora que lo dices, he detectado algunos fallicos en el texto, que luego subsanaré. Una cayá, o un callao...es el bastón en el que se apoyaba mi abuelo.
Coleman...muy bonito.

Creo que, de algún modo, habrá que luchar por preservar esos espacios...Si no todos, algunos...Es nuestro mejor patrimonio. Nuestra naturaleza, los lugares de donde venimos. Lo malo es que al final, el recinto que quede señalado como huerta, puede que se convierta en un parque temático

Landahlauts dijo...

Por si eso fuera poco, además, luego hay terrenos baldíos en los que no se construye. Parece que los bloques de pisos "agarran" mejor en los terrenos de cultivo.
El gen de la gilipollez... que se esparce cada vez más por la humanidad.

Más claro, agua dijo...

Antes había un bancal de habas. Ahora las habas están contadas ("y siempre me llevo una", dice el espculador).

En los centros comerciales ya es Navidad. Primero se cargan el paisaje. Luego, el calendario. ¿Será esta la auténtica realidad virtual a la que nos quieren acostumbrar?

Para, creo que voy a vomitar dijo...

A mí me hace gracia cuando la gente tiene la imagen de murcia como "la huerta"..., pero si no hay! En fin...

LOLA GRACIA dijo...

Más claro...es cierto lo del calendario. En Ikea ya era navidad a mediados de octubre