miércoles, abril 18, 2007

Fascinante entrevista de Antonio Arco en "La Verdad" de Murcia a Ana Mª Matute


"Yo creo que sigo todavía viva por el miedo que me da morirme"

«No estaré nunca con los que hacen llorar y hacen sufrir», dice la autora de 'Olvidado Rey Gudú', que ayer habló en Molina de Segura de su obra

En julio cumplirá Ana María Matute -qué mujer tan fascinante- 82 años de edad. Está delicada de salud, espléndida de cabeza y sobrada de ironía y buen humor. Durante la entrevista, aparece la también escritora Zoé Valdés, quien tras presentarse le manifiesta la admiración que siente por ella. Se hacen una foto juntas y la veterana autora y académica de la Lengua le dice riendo: Tú pon cara de que sentimos adoración la una por la otra y de que nos conocemos de toda la vida.
En breve saldrá al mercado, en Destino, Paraíso inhabitado, su última novela. Ayer participó, en Molina de Segura, en el ciclo Escritores en su tinta.

-¿Cómo está usted?
-Muy bien, muchas gracias. ¿Y usted?
-Ahí andamos, con la cabeza hecha un lío.
-Yo, la cabeza la tengo muy mal, pero no es por la edad, no; la cabeza siempre la he tenido muy mal, para qué nos vamos a engañar.
-¿Y el ánimo?
-No me puedo quejar. Con 81 años, sigo viajando de una lado para otro, y eso que estoy bastante delicada... Hace poco estuve en Mozambique, ¿fantástico!
-¿Le preocupa algo en especial?
-El ser humano, la gente que no tiene voz. Así ha sido siempre. Procuro interpretar, un poco, esas voces que no se oyen, esos gritos en el vacío que a nadie le interesan. Desde que era pequeñita, y veía cómo vivían otros niños más pobres que yo, me empecé a hacer preguntas y a preocuparme. Ya pensé: aquí hay algo que no marcha. Una noche, mi hermana me dijo, oye, Ana María, ¿sabes una cosa? Que si yo fuera pobre sería roja. Y yo también, le dije, y nos dimos la mano (risas). Eso ha persistido durante toda mi vida.
-Una vida que ha tenido contratiempos duros.
-¡Y tanto! La vida me ha pegado unos bofetones muy grandes, pero bueno. Yo estoy con los que sufren, con los que lloran. No estaré nunca con los que hacen llorar y hacen sufrir. Esa frase de quien bien te quiere te hará llorar, yo digo merde y merde. Quien bien te quiere procurará que no llores.
-¿Tenía miedo a la gente?
-Sí, mucho, y todavía me da miedo. Cada vez que doy una conferencia, me muero de miedo.
-¿Qué sería de usted si no pudiera imaginar?
-No me imagino sin imaginar, forma parte de mi vida. La imaginación es consustancial a mi vida.
-¿Siempre ha dudado mucho?
-Sí, no hay cosa que más pavor me dé que esa gente que tiene la verdad, asida con las dos manos y con mayúscula. Esa gente es peligrosa. Dudo de casi todo. ¿Qué sabemos? Hay tantas cosas que ni sospechamos que existen. Ser inflexible es no ser sensato. Fíjate la cantidad de ideas que parecían inamovibles y que se están resquebrajando; tantas cosas.
-Dijo en una ocasión que tenía un ángel de la guarda. Usted es muy completa...
-Está muy bien, es un amigo que tienes y al que le cuentas las cosas: Fíjate la cabronada -¿ay, perdón!- que me han hecho. Y él está a tu lado, te ayuda. ¿Ves cómo no se puede vivir sin imaginación? ¿Sabes? Si le pides al ángel que te defienda, lo hace.
-¿Ha logrado usted entender un poco al ser humano?
-Una de las razones por las que escribo es porque no lo he llegado a comprender; nada, no hay quien lo entienda. Supersticiosa
-¿Cómo va su novela, Paraíso inhabitado?
-Muy bien, vuela por sí sola. Saldrá en Destino para la próxima Feria del Libro, creo. Pero no le puedo decir nada más de ella, porque soy muy supersticiosa y hasta que no salga...
-Ya, pero ¿tiene una gran presencia el amor en ella?
-Una presencia enorme, el amor y el deseo tienen una presencia enorme en esta novela, sí.
-¿El amor triunfa siempre?
-¿No! El odio triunfa más que el amor.
-¿En qué años transcurre la novela?
-En los años 30 y 40, pero no es una novela sobre la Guerra Civil, ni tampoco es autobiográfica.
-¿Le tiene miedo a la muerte?
-Muchísimo miedo, terror, pánico. Yo creo que sigo viva por el miedo que me da morirme.
-Un día, en este mismo hotel, un camarero le trajo un vaso de agua que no había pedido. En cuanto vio que era agua, usted le dijo, entre muy seria y muerta de risa: Disculpe, pero ¿usted por quién me toma? ¿Agua! Llevésela de aquí inmediatamente. Ahora veo que está saboreando un gin-tonic.-(Risas).
-¿Agua! Te ven viejecita y dicen: ¿Agua para esta señora tan mayor! Y yo no quiero agua. Comiendo, cuando sirven el vino y veo que me van a echar muy poquito, le digo al camarero: A mí, como a todo el mundo, muchas gracias.
-¿La vejez es una desgracia?
-¿Claro! Lo que pasa es que hay una actitud positiva ante la vejez. Por ejemplo, algunas amigas -hasta cierto punto amigas-, al perder la juventud se derrumbaron y se pusieron histéricas y con mal carácter. Yo creo que la vejez te quita con una mano, sí, pero con la otra te da muchas cosas.
-¿Qué te da?
-Te da paz, por ejemplo. Cuando uno es joven, al menos eso me pasaba a mí, eres de una avidez que te comes la fruta verde, y la fruta verde da cólicos. En cambio, cuando ya eres mayor, te comes la fruta en sazón y la disfrutas. La vejez te da una serenidad y una distancia de las cosas, pero no distancia en el sentido de indiferencia, sino de equilibrio. Y, por ejemplo, yo hace ya mucho que no me preocupo de la línea, ¿comprendes? ¿Anda ya la línea! También te da unos derechos a decir lo que te da la gana, a no aguantarte tanto delante de los estúpidos. Se pasa uno la vida aguantando a los imbéciles, a los cretinos, tragándote sapos. La vejez te da unos ciertos derechos para dar a entender, eso sí, con educación, que quien es imbécil es imbécil.
-Eso, desde luego
-¿Pues ya está! Yo, mira, la suerte que tengo es que de vez en cuando, como me ha pasado estos días, me he olvidado en casa el aparato para la sordera y no me entero de nada. ¿Se escucha cada tontería!
-Por ejemplo
-El otro día escuché decir en la televisión a una periodista que ella podía dar fe de no se qué porque se encontró con no sé quién ¿de cuerpo presente! y tal y cual... ¿De cuerpo presente! Pero ¿sabrá esa pobre mujer lo que está diciendo?
Foto Martínez Bueso
Amigos...muy feliz por este "Escritores en su tinta". Llenazo los dos días, con Zoé y con Ana Mª que es una mujer fascinante como dice Arco. Una sabia, llena de cariño. Me quedo con su duda cuando la dejé en el ascensor del hotel : "Hemos estado bien ¿Verdad bonita?". Ella estuvo superior y los 150 allí reunidos pasamos un rato estupendo.

5 comentarios:

Kim dijo...

Me ha encantado la entrevista. Joder, hay gente de la que uno aprende muchísimo.
Salu2

enrique dijo...

Magnífica Ana Mª Matute. Gracias por esta entrevista en tu blog.

Mariano Zurdo dijo...

Impresionante entrevista. Hay gente que debería estar en los manuales de texto de manera obligada.
Enhorabuena Lola por el trabajo y por enriquecerte/enriquecernos.

Landahlauts dijo...

Muy buena foto, muy buena entrevista... parece una mujer interesantísima... lástima no poder contemplar en vivo y escucharla.

Gracias, Lola.

Vane dijo...

Es genial esta mujer...
perdona la tardanza,Lola,hacía tiempo que no me pasaba a visitarte... que sepas que me has dado envidia,sana pero envidia... cuídate besos