lunes, junio 15, 2015

Perturbadoramente sexys























¡Qué le vamos a hacer! Es lo que tenemos las mujeres. Que somos perturbadoramente sexys y lo estropeamos todo. Es lo que ha dicho recientemente el premio Nobel de medicina Tim Hunt. Los niños con los niños y las niñas con las niñas, vino a concluir. Porque ellas se enamoran de nosotros. Nosotros de ellas y encima, si les haces una crítica van y lloran, con lo cual tienes que contenerte.
La Royal Society británica ha puesto el grito en el cielo pero las mujeres científicas de todo el mundo se han tomado el despropósito de Tim Hunt a chota y han creado una campaña en la redes sociales titulada de este modo “Perturbadoramente sexys”, con el hastagh #distractinglysexy.

Muchas ya han enviado su irónica protesta. Anne Hilborn desde África confesó: "Me sentía tan perturbadoramente sexy recogiendo una mierda de guepardo que casi me olvidé de lo que estaba haciendo y dejé que se cayera un poco al suelo"

Una colega más cercana a Tim Hunt, Lucie  Beauchamp, aparece con rostro de extenuación :"aún sigo #distractinglysexy después de un día lleno de cultivo celular. Ni siquiera he llorado esta vez, ¡estoy muy orgullosa!".

Al premio Nobel de Medicina  le ocurre como a muchos genios. Son muy listos para unas cosas y escandalosamente torpes para otras. Ahora se lamenta Tim ¡¡Cómo se me ocurrió decir semejante cosa delante todos los periodistas científicos del mundo!!(que a la sazón estaban reunidos en Seúl). Muy bonito. Ahora la culpa de tu estulticia es nuestra. Tú sigue sumando puntos que a tus 72 años no te readmiten en ningún laboratorio y, lo que es peor, en ninguna cama de mujeres con dos dedos de frente. A las que tengan un postgrado, mejor ni te acerques, tu ego masculino puede acabar seriamente dañado y el que acabará llorando serás tú.

Lo mejor de todo esto es que el microbiólogo Steve Diggle ha creado un cartel para alertar a todos aquellos que osen trabajar en laboratorios: “Caution: mixed gender lab. No falling in love or crying permitted”. O sea: "Peligro: laboratorio mixto. No está permitido enamorarse o llorar". Este cartel cuelga en la mismísima Universidad de Oxford.

Yo de Tim, una vez dimitido y jubilado, me iría con el equipo de actores porno que pretenden rodar una peli en el espacio, titulada Sexploracion. Para lograrlo se han marcado un plazo de dos meses y recaudar en ese tiempo los 3.4 millones de dólares que cuesta financiar el invento. El crowfonding ya está en marcha y los “accionistas” podrán conseguir el traje espacial y la ropa interior de uno de sus protagonistas, por el módico precio de 150.000 dólares. Por supuesto, material extra, visionado inmediato de las primeras grabaciones y making-offs de todo tipo se contemplan para complacer a los “socios” de esta producción interestelar que pretende mostrar a la humanidad descreída como fuciona el coito cuando se está penetrando en la atmósfera.

Tim, ya te veo, libre, a tus anchas, flotando en el éter y con la posibilidad de enamorarte de los protas Eva Lovia o Johny Sins. Lo mismo hasta te incluyen en el casting para que puedas llorar a gusto y resarcirte de todos estos años de contención sexual y emotiva a la que te ha condenado la vida en el laboratorio.
El Nobel tenía un precio. En este caso, tu estupidez pero, quién sabe, lo mismo hallas un prometedor futuro como pornostar. Corre, Tim, corre. Prometo verte con tu escafandra espacial y tus prácticas eróticas entre asteroides y polvo espacial.

Seguro que estás perturbadoramente sexy.

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